jueves, 21 de febrero de 2013

Luchas de poder en el seno de la Iglesia. Renuncia de Benedicto XVI y próximo Cónclave.

Desde la llegada de Benedicto XVI a la silla de San Pedro, pero más intensamente en los últimos 4 años, se está librando una batalla sangrienta por el poder político de la Iglesia entre dos facciones: los “diplomáticos”, encabezados por el ex-secretario de estado del Vaticano Angelo Sodano (actual decano del Colegio Cardenalicio y secretario de estado con Juan Pablo II y en los primeros meses del pontificado de Benedicto XVI), provenientes de la Pontificia Accademia Ecclesiastica (la escuela diplomática vaticana), y los “bertonianos”, cuyo líder es el actual secretario de estado Tarcisio Bertone (sucesor de Sodano) y son los que ahora mismo copan los puestos más importantes en la Curia.
 

Esta batalla se da en todos los planos de la Iglesia. La dimisión de Dionigi Tettamanzi como arzobispo de Milán, las filtraciones de documentos (vatileaks), la dimisión del presidente del IOR (comúnmente conocido como Banco Vaticano) Ettore Gotti Tedeschi (que llegó a decir que si muere en circunstancias extrañas, en una carta se encontrará la razón de su muerte), la dimisión de Carlo María Viganó como secretario general del Governatorato de la Ciudad del Vaticano al poco tiempo de escribir una carta privada denunciando la corrupción en el Vaticano y su posterior nombramiento como nuncio apostólico en Washington o la dimisión de Dino Boffo como director de Avvenire (periódico de la Conferencia Episcopal Italiana) son solo algunos ejemplos de las consecuencias de este enfrentamiento. Incluso se llegó a decir que la frase “muéstrame también lo que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malas e inhumanas, como su directriz de difundir por medio de la espada la fe que predicaba” que pronunció el Papa Benedicto XVI en su discurso en la Universidad de Ratisbona en 2006 citando al emperador bizantino Manuel II, cuando todavía era secretario de estado Sodano, que provocó un conflicto diplomático entre la Santa Sede y el mundo musulmán, fue introducida en el texto que leyó Benedicto XVI por algún partidario de Bertone. Benedicto XVI, en el libro "Luz del Mundo", aclara que el discurso en el que se incluía dicha frase se pronunció en clave académica, pero que la interpretación política de este sacó de contexto la referencia que Benedicto XVI hizo a la afirmación del emperador bizantino. Pocos días después de la conferencia en la Universidad de Ratisbona, Bertone sustituyó a Sodano como secretario de Estado.
 
 
La gran mayoría de los enfrentamientos los ha ganado Bertone. A la pregunta de cómo ha podido acumular tanto poder este cardenal, la respuesta es sencilla: Benedicto XVI, a diferencia de Juan Pablo II, es un hombre dedicado en cuerpo y alma a la filosofía, a la teología y a la religión, no a la política. Pero el Papa, además de ser un líder espiritual y religioso, es el jefe de un Estado. Consciente de esto, Benedicto XVI nombró al ex-secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fé y hombre de confianza suyo Tarcisio Bertone como secretario de estado para que se ocupara de la gestión de la Iglesia. De esta forma, Bertone adquirió plenos poderes en ese área y Benedicto XVI se pudo seguir concentrando en la rama doctrinal y teológica de la Iglesia así como en el diálogo ecuménico.
 
 
Cuando, a raíz de los vatileaks, Benedicto XVI se dio cuenta de la gravedad y la dimensión de las luchas de poder que se estaban produciendo en el seno de la Iglesia, nombró a su amigo y teólogo Gerhard Ludwig Müller, entre otros cargos, Prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fé (siendo este una persona no del agrado de Bertone) para así concentrarse él más en la labor de gobierno de la Santa Sede y de la Iglesia. No obstante, y aunque después de los vatileaks empezaron a “dejar sus puestos” hombres próximos a Bertone, probablemente Benedicto XVI se percató también de que ya era tarde para tomar esas riendas y de que no tenía suficientes fuerzas para hacerlo, llegando a decir Benedicto XVI, según algunos, que era demasiado viejo para cambiar de secretario de estado.
 
 
Pues bien, en este contexto, van a medir sus fuerzas los “diplomáticos” y los “bertonianos” en el Cónclave en el que se elija al nuevo Papa que tendrá lugar en marzo.
 
 
El Colegio Cardenalicio está formado por 209 cardenales, de los cuales 118 son electores y participarán en el Cónclave. Es necesario tener 2/3 de los votos de los cardenales electores para ser elegido Papa. Como datos geográficos, indicar que Europa tiene 62 cardenales electores, América del Norte (México no incluido) 14, América Latina (incluido México) 19, África 11, Asia 11 y Oceanía 1.
 
 
Los cardenales italianos son los que tienen más influencia con mucha diferencia en el Colegio Cardenalicio, no solo porque son la nacionalidad más numerosa dentro de este (28 cardenales electores y 53 no electores frente a los 11 electores y 8 no electores de EEUU -siguiente nación con más cardenales-) sino porque son los que lideran los diferentes “partidos” dentro del Colegio (los anteriormente citados “diplomáticos” y “bertonianos” pero también los “ambrosianos”, “ratzingeristas”, “pastoralistas”, etc.). Estos líderes, supuestamente, han decidido que el próximo Papa tiene que ser italiano. A su vez, atendiendo a los cardenales creados por Benedicto XVI durante su pontificado, se podría incluso sostener que el mismo Papa comparte esta idea, ya que casi un tercio de los nuevos cardenales elegidos han sido italianos.
 
 
Por lo tanto, hay grandes posibilidades de que el siguiente Papa sea italiano.
 
 
El nombre del cardenal italiano que tendrá muchas probabilidades de ser Papa dependerá de quien gane la batalla dentro del Cónclave, los “bertonianos” o los “diplomáticos”.
 
 
En los Consistorios Cardenalicios de Benedicto XVI, especialmente en el penúltimo, los “bertonianos” consiguieron el nombramiento de más cardenales afines que los “diplomáticos” y aquéllos tienen a su favor que Bertone sí estará en el Cónclave, a diferencia de Sodano, que no es cardenal elector (los cardenales con 80 años o más, como es el caso de Sodano, no son electores) y no estará en la sala. No obstante, Bertone (seguramente por la sola razón de gobernar y mandar en el Vaticano) levanta algún recelo en la todopoderosa Conferencia Episcopal Italiana presidida por el cardenal Angelo Bagnasco, cardenal que se podría agrupar dentro de los “pastoralistas”, liderados por el ex-presidente de la Conferencia Episcopal Italiana cardenal Camillo Ruini.
 
 
El claro “candidati” es el “conservador” Angelo Scola. Ex-patriarca de Venecia y actual arzobispo de Milán (cargo con un peso específico muy importante en la Curia), fue trasladado a esa archidiócesis (la más grande del mundo) por Benedicto XVI en junio de 2011 en sustitución de Dionigi Tettamanzi (acérrimo enemigo de Bertone). Se comenta que Benedicto XVI, que habría declarado que Scola sería un gran Papa, lo colocó ahí para que contara con el apoyo en un futuro Cónclave de la rama de los “ambrosianos” (aquéllos cardenales que tienen alguna conexión con Milán). Desde mi punto de vista, también podría contar con el apoyo como candidato de consenso de los “diplomáticos” y de los “ratzingeristas”.
 
 
Probablemente, uno de los obstáculos para que Scola sea elegido Papa, será el propio Bertone, que según se desprende de los últimos leaks, parece que no tiene buena relación con Scola ni este con el secretario de estado.
 
 
Al margen de cualquier otro candidato italiano (como, por ejemplo, Dionigi Tettamanzi), el siguiente con más posibilidades aparentemente es Marc Oulet, cardenal canadiense y prefecto para la Congregación de los Obispos. Es un cardenal muy cercano a Benedicto XVI.
 
 
Otro que también es “quinielable” es el arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan que destaca por su faceta de gran comunicador.
 
 
Al mismo tiempo, están los eternos candidatos sudamericanos. Corre el rumor de que en el último Cónclave el que le disputó al cardenal Ratzinger la silla de San Pedro fue el jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires. En el Cónclave de marzo, los que más pitan son el hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, y los brasileños Odilo Pedro Scherer, arzobispo de Sao Paulo, y su antecesor, Claudio Hummes.
 
 
Algún europeo podría acceder igualmente al papado como candidato intermedio si hay una oposición a la opción italiana.
 
 
En mi opinión, los que no tienen muchas probabilidades de ser Papa son los cardenales de origen africano (como el nigeriano Francis Arinze) o asiático (como el indio Ivan Dias), por mucho que se incluyan en todas las quinielas.
 
 
Sin embargo, atendiendo al dicho de que “quien entra Papa, sale cardenal” hasta el cardenal menos favorito podría salir victorioso del Cónclave.
 
 
Espero que este resumen os sirva para entender el contexto en el que se realiza el Cónclave y lo que se cocina dentro de los muros vaticanos en donde todo lo que no es sagrado es secreto.


Un abrazo,
 
F.M. de Lera

Carta de bienvenida

Queridos lectores:


 
Hoy me estreno como humilde actor de esta gran obra sin límites de espacio ni de tiempo que es internet.


Aunque es difícil adelantar cuál va a ser la temática concreta de “Cala Veragua” sin incurrir en posteriores contradicciones fruto de la natural evolución de un blog, sí me atrevo a trasladaros la finalidad principal que ha impulsado su creación: intentar compartir con vosotros información y opinión de interés de forma sucinta sobre aspectos históricos, políticos, sociales y culturales, con el objetivo de que podamos alcanzar una visión de conjunto respecto de temas específicos con la mera lectura de un post.

 
Confío en que “Cala Veragua” sea de vuestro agrado. Por mi parte, estaré siempre abierto a cualquier sugerencia o crítica que me queráis hacer.
 

Un abrazo,

F.M. de Lera